Existe ese tonto individuo que cada vez que aparece tu cuerpo hace poesía con su mirada.
Existen las ocasiones de siempre que hacen que vuelvas a ser la colegiala y no la madura que intentas ser, donde te escondes y no evitas el rubor.
Existen esas horas en las cuales lo buscas por doquiere y no reprimes tu instinto de ir a abrarlo cuando lo ves aparecer.
Existen, existe, él existe y eso es lo que a ti te hace más feliz, más que comer queso o bailar bajo la lluvia, más que mirar películas melosas o escuchar canciones pastelosas, existe y por eso das gracias a Dios.
Existen las ocasiones de siempre que hacen que vuelvas a ser la colegiala y no la madura que intentas ser, donde te escondes y no evitas el rubor.
Existen esas horas en las cuales lo buscas por doquiere y no reprimes tu instinto de ir a abrarlo cuando lo ves aparecer.
Existen, existe, él existe y eso es lo que a ti te hace más feliz, más que comer queso o bailar bajo la lluvia, más que mirar películas melosas o escuchar canciones pastelosas, existe y por eso das gracias a Dios.
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