Vía Láctea

Tantos cambios en tan poco tiempo, todas las dulces promesas de los dieciocho, bienvenida al mundo de los adultos, lo que nunca pedí y es que por todo me dan ganas de llorar, con ganas de mandar todo a la chingada, cambiarme de carrera, porque sí, creo que en cualquier momento saldré corriendo, que con sólo escuchar la nostalgia de Coldplay me pongo estúpidamente meláncolica, con todo ese carácter de niñita y los deseos de hace un año no hechos realidad, todo esto que escribo lleno de horrografías y sin-sentido (sarta de estupideces), rogando a Dios no perder la fé y encontrar un kilo de esperanza para cada hora del día, creyéndome las alabanzas del destino y mentándole la madre al maldito karma que ya tomó hogar en mi vida y todo se vino a bajo cual torre a punto de caerse con aquel mendigo problema de tu hermano mayor, el que no termina de crecer y que según dicen, tú eres más sensata que él, y piensas que no tiene solución en tus horas de depresión, pero después te llega la euforia de tu esquizofrenia y reflexionas  que "estas pero bien pendeja y que tienes que ser super chingona", porque como tu hermana-mejor-amiga te lo dijo "bienvenida a los dieciocho, esta es la vida", sabias palabras, que todavía no me terminan por alcanzar, y sigo tecleando como loca insana, nadie leerá esto, [qué bueno], pero de todas formas lo tengo que sacar, pinche maldita depresión.

Y que tienes psicoanalista, como si fuera suficiente con el ir caminando por la calle, sintiendo las miradas indigentes de esta gente ciega, ahogada en su miseria. Quien sabe qué rayos te depara el futuro, pero "bienvenida seas", esto era lo que antes rogabas por tener,  crecer y madurar era lo que querías, pero no de chingadazo, ahora de verdad piensas y es que tu verdadero problema es que sigues siendo una adolescente en la entrada de la adultez, pero con la mente de niña y sin saber qué jodidos quieres, más que, claro, salir corriendo y que todo se lo lleve el viento, como por arte de magia, tu mejor solución para la vida.