Apática.
Te apropias de términos inventados por otros.
Pero en tu boca suenan más bonitos.
Los haz empleado bien.
Te los haz apropiado.
Y dices ser dueña de ellos.
Dueña de palabras.
Mas no de tus sentimientos.
Eres dueña del diccionario; tus pensamientos y sentimientos y por ende, tu destino, pertenecen a los extranjeros, los afuera de tu piel.
Aunque, tu pensar y tu sentir no signifiquen destino.
Ala. Haz ganado una partida.
Si ellos han de pensar por ti mejor tú misma, entonces tu destino no les pertenece ... aún.
¿Cuándo te dejan de importar las opiniones del mundo?
Cuando las tuyas no las re-conoces de madera perfecta. Lo tuyo se difumina dentro de... no sabes.
Por eso dejan de importar;
Porque a quién le interesa lo externo cuando lo interno no se comprende.
Entiéndelo, no es que lo tuyo que no entiendes sea ajeno, mas lo es en sí por no descifrarlo.
¡APÁTICA!
Compréndete a tí misma.
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