¿Se puede extrañar un lugar en el que nunca haz estado? ¿Se puede vivir con la sensación de nostalgia, añorando las calles vespertinas humedecidas por la lluvia? ¿Se puede anhelar volver a escuchar el acento de las voces, de aquellas personas que sólo conociste en los sueños? ¿Se puede volver a vivir algo que nunca ha existido?
Te escribo para recordarte que tienes el sueño de cruzar el charco para llegar a Londres. Aquí comienza la cuenta regresiva.
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