Mañana será

Quizá todavía me recuerdes como la muchachita inocente que alguna vez fui,
Como aquella niña que se enamoró de ti,
Como lo harían un hombre al recordar a la mujer que le amó.

No hubo ni abrazos ni despedidas,
Solo eternas miradas fugaces que enmarcaron tu recuerdo al verte partir.

No habrá más lágrimas ni sollozos,
Porque de ti ya me despedí,
No habrá más atardeceres juntos
Ni canciones al alba.

Solo tu conociste los secretos más profundos de mi ser,
Porque lograste sondear mi corazón
Y encontraste una mujer dentro de mí.

Una mujer que te supo amar como nunca antes amó,
Una mujer que despuntaba al éxtasis con tus abrazos y caricias,
Una que te supo decir adiós aunque el corazón rogaba que no,
Una mujer que dentro sigue siendo niña.

Te recordaré con cariño y amor,
Como lo hago a diario y a cada segundo,
Te susurraré adioses desde donde estés,
Te aclamaré por ser el hombre que supiste ser,
Por amarme y darme más de lo que deseé
Por ser tan único y especial,
Por ser sólo lo que eres,
Te amaré en cada noche de lluvia,
En cada puesta de sol y en cada escarcha divina que surque el cielo,
Te pronunciaré verdades que lleguen a tu alma
Y te hagan recordarme.

No te pido que sigas a mi lado,
No te pido chocolates ni bombones,
Solo te ruego que no me olvides.

Porque me amaste en cada día nublado,
En cada noche estrellada y en que cada puesta de sol,
En cada lágrima salada y en cada susurro de adiós,
Porque sé que aunque no me dejes estar a tu lado
Siempre estaré junto a ti.

No juraste jugar conmigo,
Porque en tus ojos vi un amor vivido,
Siempre estuviste a mi alrededor
Como una mariposa prendada del dorado sol.

Seguiste tu camino y yo el mío
Pero hubo un recuerdo en una ocasión
Que nos volvió a juntar,
Aquel martes de agosto
Tú con tu mirada al azar
Volviste a lograr que mi corazón saltara sin cesar.

Una mirada, tal vez una caricia lejana
Pero sé que fuiste real
Y no una ilusión de las que tanto me frecuentaban.

No fingimos hablarnos,
¿Para qué? Si por extraños ahora actuamos,
Más volví a creer en tu mirada,
Esa que siempre destellaba
Y volví a convertirme,
En aquella mujer que con alma de niña te adoraba.

Anda, ve y sigue tu camino
Que los amores esperan y a lo mejor no son fingidos.
Anda, retoma tu andar,
Vuelve por donde llegaste
Y démosle a este amor un punto final.