Que lo que dije, esas palabras hace no mucho expresé,
ahora me las tengo que tragar por entero,
que según mi ilusión habíase desvanecido y ahora sólo era yo.
Ya no existías, eso dije y me quise hacer creer,
pero ya ves, aquí estoy de nuevo,
como la tarada estúpida que no dejé de ser.
Por eso me decían, si te vas a tener que tragar tus palabras,
endúlzalas lo más que puedas, pero, tú, tú no necesitas caramelo,
si ya de por sí eres dulzura, no. Yo a tí no te tengo que tragar,
más bien, aceptarte para dejar a mi corazón amarte en libertad.
Muy bonito. En serio.
ResponderBorrarUn abrazo.